Menos aparatos y más zapatos
Parece mentira que hayan pasado ya doce años desde que me metí en la enseñanza. Cómo vuela el tiempo. Todavía me acuerdo de cuando estaba haciendo el máster en educación, de la gente que conocí y de las experiencias que tuve. Recuerdo cómo la gente hablaba de que habría robots con aspecto humano en las clases, por lo menos una tablet y un ordenador por alumno, una pizarra digital en cada aula… En fin, recuerdo cómo pensábamos que parte de nuestros problemas educativos en España, como la motivación de nuestros alumnos, se solucionarían con la implantación de las TICs en nuestras escuelas. Qué equivocados estábamos. Lo cierto es que sí que, con el nuevo gobierno, se invirtió más en educación, salieron más plazas en las oposiciones… Todo parecía que iba a mejorar ya que se estaba haciendo en apariencia lo que todos habíamos estado pidiendo. Sin embargo, lo que no nos paramos a pensar en aquel momento fue en cómo se estaba invirtiendo el dinero y en cómo estábamos seleccionando a