Más valioso que el dinero, es un sabio consejero
Esta vez, hablaré de algunas de las características de la profesión
docente, ya que no se debería criticar a otros sin comentar uno mismo su propia
idea de lo que sería un profesor ideal. Hay varios términos que a menudo se
entrelazan con la labor del profesor en el aula, que son los siguientes: coach
educativo, tutor, orientador, vidente, asesor e “influencer”. Seguidamente
veremos a qué viene esta extraña retahíla.
Si observamos los roles que he mencionado arriba, todos tienen en común el
hecho de que son figuras de referencia a las que solemos acudir a lo largo de
nuestra vida por una gran variedad de causas distintas. Para mí, el profesor es
un coach educativo en tanto que no sólo se preocupa de enseñar, sino que también
se preocupa de acompañar a sus alumnos en el camino de la educación, de
ayudarles a conseguir sus objetivos. Al mismo tiempo, el profesor es un tutor,
ya que no sólo da su materia, sino que a menudo se le asigna una clase que
tutelar, esto es, un grupo de alumnos a los que defender, proteger y por los
que velar. El profesor es un orientador, pues también debe intentar detectar
problemas que puedan darse entre sus alumnos y aportar y llevar a cabo
soluciones para los mismos. Es un vidente; tiene que anticipar todos los
escenarios posibles y tomar precauciones y medidas para alcanzar la mejor
resolución. También es un asesor, ¿acaso no hemos recurrido nosotros mismos en
innumerables ocasiones a alguno de nuestros profesores para que nos dieran consejo
o nos apoyaran? Así pues, el profesor termina pareciéndose a un “influencer”,
aunque mucho mejor, ya que no sólo es una figura de referencia para sus alumnos,
sino que también se convierte en una figura accesible en la que pueden confiar
y a la que pueden acudir siempre que lo precisen.
A estos roles, también podríamos asociarle al profesor el de figura
familiar, paternal o maternal, de los alumnos a nuestro cargo. Al fin y al
cabo, no debemos olvidar que los profesores somos humanos y que tenemos en
nuestras manos a personas que están en edad de madurar y de descubrir quiénes y
cómo son, que necesitan que les acompañemos en su viaje y que les ayudemos a
cumplir sus sueños. Como profesores, debemos hacer nuestra misión que nuestros
alumnos sean competentes no sólo en nuestras materias sino en la vida misma,
velar por que finalmente puedan ser felices y allanarles el camino que les
conducirá a alcanzar sus objetivos y perseguir sus metas. En definitiva, los
profesores debemos actuar a modo de anclas, para que en nuestra compañía nuestros
alumnos puedan tener la oportunidad de pararse a reflexionar y desarrollarse
como personas sanas e independientes, capaces de moverse en la sociedad y de
aceptar a otros y ser aceptados.
Maravillosa descripción de lo que debería ser un profesor, me dejas sin palabras.
ResponderEliminarUn profesor es como un superhéroe, a veces vapuleado y otras ensalzado y adorado.
Sí, muchas veces olvidamos la cantidad de cosas que un profesor tiene que tener en cuenta y afrontar. Tengo la esperanza de que algún día nuestra sociedad vuelva a mirar al personal docente como un cuerpo digno de respeto y admiración como se merece.
EliminarDonde esta el botón de LIKE?? Ojalá todos los profesores fueran como los hemos descrito y ahora los recordáramos como buenos referentes. Ser maestro fácil no parece pero con trabajo y siguiendo el camino de la luz todo posible es!
ResponderEliminarUn saludo desde Tatooine!