Al examen, a mí que no me llamen
Lo primero de todo, quiero manifestar mi gran rechazo hacia los exámenes en
asignaturas que están compuestas de un trabajo continuado y diario sobre el
contenido que se ve en clase, que demuestra una gran implicación y
profundización en dicho contenido. De todas maneras, si ha de haber un examen, sería
mucho más enriquecedor, y menos de memorizar y vomitar, proponer una pregunta
que requiriera una definición que derive de la que se ha visto en clase y que a
su vez invite a la reflexión sobre un tema sacado del contenido de la
asignatura. Un ejemplo de una pregunta de esta índole es la que os voy a
proponer seguidamente:
El estilo docente
Definición: “El estilo se define como un conjunto de
orientaciones y actitudes que describe las preferencias de una persona cuando
interactúa con el medio.” “Cada profesor /docente desarrollará un rol concreto
y específico, teniendo en cuenta sus propias creencias y añadiendo su
personalidad (actitudes, hábitos, etc.) a una forma concreta de actuación.”
(Power Point tema 11 de Xoán, diapositiva 4, 2018)
Esta definición es una especie de “Frankenstein” sacado del contenido del Power
Point del tema 11. Para poder responder a esta pregunta, se requiere una
memorización mínima, no como en una que consiste en una enumeración de puntos.
Además, ofrece al mismo tiempo una gran y amplia oportunidad para relacionar el
tema con lo que creemos que es y con cómo nos lo podríamos aplicar. En pocas
palabras, esta pregunta es un ejemplo de cómo invitar al debate y a la
reflexión en un examen, sobre un tema tan relevante para nosotros como es el ideal
de estilo docente que pretendemos perseguir en nuestro futuro como profesores.
Me parece bien tu opinión, sin embargo ,hasta que el sistema educativo no cambie, los profesores tienen que puntuar una asignatura y lo más fácil es con un examen.
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