Educar la mente sin educar al corazón, no es educación en absoluto
Esta entrada viene a propósito de comentar un poco sobre las llamadas “comunidades
de aprendizaje”. La presentación de la web dedicada a las comunidades de
aprendizaje y a ilustrar su éxito, http://utopiadream.info/ca/,
señala dos rasgos principales: las interacciones y la participación de la
comunidad. Como seguramente recordéis, yo suelo hacer mucho hincapié en la
importancia del sentimiento de comunidad, en el sentir que pertenecemos a algo.
El ser humano es un ser social y necesita de la sociedad y de las interacciones
con otros para estar completo. Por lo tanto, el centro educativo se nos
presenta como el caldo de cultivo perfecto para fomentar esa cooperación y
asociación que tanto nos caracteriza como especie y servir de hogar para toda
la comunidad y el entorno.
Las comunidades de aprendizaje surgieron ya hace unos años con el fin de
terminar con el abandono y el fracaso escolar, con el fin de terminar con la
segregación y con el fin de no dejarse a nadie por el camino, de atender a
todas las necesidades y a todas las personas. Este sistema implantado ya en
varios centros se caracteriza por el énfasis en la cooperación más que en la
competitividad, en la convivencia, ya que está demostrado que cuando cooperamos
entre nosotros y nos ayudamos, somos más felices, más humanos. Para conseguir
un ambiente que fomente la solidaridad y la comunidad, estos espacios escolares
permanecen abiertos durante más tiempo, y están abiertos tanto a padres y madres
como al resto de la comunidad, que colabora con el equipo educativo a modo de
voluntariado para proveer a los alumnos con una educación de calidad. Según Ramón Flecha,
una de las claves es la impoluta coordinación del equipo docente, que se pone
de acuerdo en los métodos y en las medidas para lograr unos objetivos, todos a
una y de acuerdo con la evidencia científica. A su vez, también señala que el
derecho a la educación no debería ser un mero derecho de asistir a un centro,
sino de recibir el “tratamiento” adecuado. Los alumnos deberían tener derecho a
recibir un trato justo y adecuado a sus necesidades y situación.
En centros como O Pelouro en Galicia, el personal docente apoya el trabajo
por proyectos, que consiste en que cada niño desarrolle un proyecto basado en
aquello que le interesa ese día, aquello que le mueve y le emociona. Esto se
fundamenta en la documentación de que el aprendizaje acompañado de motivación
resulta en un aprendizaje mucho más significativo, profundo y pleno. Para una
mayor búsqueda de la motivación, el dinamismo es imprescindible y es por tanto recomendable
un empleo de diferentes estrategias de trabajo en el aula. En este contexto, el
profesor debe actuar como guía, como punto de ayuda a los alumnos para que estos
lleguen a sus líneas de meta. Además, el profesor debe promocionar el
aprendizaje mediante el diálogo, posicionándose no tanto como el poseedor de la
verdad absoluta e indiscutible, sino más bien como el amo de llaves que tiene
la capacidad y el deber de abrir las puertas del debate. Lo que más importa en
las comunidades de aprendizaje es formar tanto la mente como el corazón, preparando
así a los alumnos para una vida plena y haciéndoles disfrutar mientras
aprenden.
Mucha gente pragmática opina que el corazón es solo un músculo y que es el cerebro el que manda y aunque en cierta forma sea así, lo cierto es que en alguna parte de ese "cerebro" debería existir una sección a la que llamáramos CORAZÓN.
ResponderEliminarCuánta razón tienes. El equilibrio entre la razón y las emociones y los sentimientos es lo que deberíamos aspirar a conseguir.
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