¿Quién inspecciona al inspector?
Esta entrada viene a cuento de la
decimotercera propuesta que se encuentra en El
libro blanco de la profesión docente y de su entorno escolar, desarrollado
por José Antonio Marina, Carmen Pellicer y Jesús Manso. Este libro contiene
unas diecisiete propuestas sobre el sistema educativo, las cuales tienen mucho
sentido y recomiendo leer. Una compañera y yo estuvimos examinando la
decimotercera propuesta en concreto.
Lo primero de todo, consideramos innegable
que la inspección educativa necesita una reforma profunda, que como dicen los
autores debería ayudar a la mejora del funcionamiento de los centros a la vez
que supervisar el cumplimiento de la legislación. Por otro lado, los autores
también declaran que la inspección educativa debería tomar un enfoque de
carácter formativo y asesor para colaborar en un mejor desempeño del docente en
el aula, debiendo tener estos inspectores una especialización de acuerdo con
los niveles educativos de los que se encargan y también en función de las áreas
de conocimiento que inspeccionan. Como idea final, los autores también
consideran que es indispensable una correcta formación de nuestros inspectores
y que estos a su vez deban someterse a evaluaciones periódicas y a cursos de
actualización, al igual que se exigiría de los propios docentes.
Las ideas contenidas en esta decimotercera
propuesta sobre la inspección educativa nos parecieron muy adecuadas y
relevantes, aunque siempre se nos planteará la paradoja del observador. Muchos
hemos llegado a experimentar en nuestra época como estudiantes en el instituto,
por ejemplo, aquellas clases en las que nuestros profesores estaban siendo observados
por un inspector educativo: ¿Eran aquellas clases como las que se solían tener?
¿Acaso no eran completamente distintas cada vez que el inspector aparecía?
Desde mi experiencia, yo puedo confesar que sí lo eran, casi como por arte de
magia. Quizás, con el cambio de enfoques y perspectivas que se propone en este
libro, cambiaría la percepción que se tiene de los inspectores como entes
inquisidores que nos juzgan, pasando a ser una fuente de apoyo constructivo
tanto para el centro como para el docente.
Lo del inspector es otra historia. En toda mi experiencia de coles e institutos, los inspectores sólo han servido para que el día que iban a clase, ésta fuera distinta. La relación inspector profesor es un poco como la de padres y profesores, tiene que haber una colaboración total y productiva. No me sirve que cierto profesor sea estupendo el día de la"visita" y después siga siendo un incompetente el resto del curso. La verdad, nunca supe qué función tenían.
ResponderEliminarMe alegra y me apena a partes iguales el no ser la única a la que le pasó...
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